Arquidiócesis
de Tegucigalpa/ Decanato Zona Periférica
Parroquia
Cristo Rey y Santa Cruz Año de la fe.
4to.r Domingo
de Adviento/ Ciclo C
¡DICHOSA TÚ QUE HAS CREÍDO!
“¿Quién soy yo para que me visite la
madre de mi Señor?” (Lc. 1,43).
Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos a la Casa del Señor, donde nos
aguarda y conduce a los pies del Salvador su misma madre, María santísima.
El cuarto domingo de adviento esta lleno de los contrastes y contra
sentidos de Dios, que no necesita de grandes tiendas ni grandes espectáculos
para manifestar su omnipotencia. Al contrario, de un misierable establo y una
humilde cuna se vale para revelar su salvación. Tampoco necesita de la soberbia
de los poderosos de este mundo. Dios se nos revela a través de la limpia y simple alegría de dos personitas
insignificantes. De esas que ni por error sentariamos en nuestras mesas en la
cena de noche buena: una sencilla cipota y una mujer anciana, ambas pobres e
ignoradas de su sociedad. Pero son las
escogidas de Dios para preparar la venida de Aquel que viene a revelarnos la
voluntad del Padre.
Hoy, son madres embarazadas y algunas abuelas las llamadas a encender la
última de las velas de esta corona. La joven madre, que con su creatura en el
vientre apenas empieza a descubrir la aventura de la maternidad y la madre que
siendo ya abuela tiene mucho que enseñarle, nos llaman hoy a asombrarnos y
acoger la maravilla del don de la vida, la terrena, pero sobre todo la eterna.
Recibamos al P. _______ y a quienes le acompañan en la procesión de entrada.
Puestos de pie, cantemos.
Moniciones a la Palabra de Dios
1era. lectura Mi.
5, 1-4a
A muchas autoridades les encanta recordarnos que están en el poder por
voluntad de Dios ¿Pero qué pasa cuando estas mismas autoridades se alejan de la
justicia y amor de Dios? Lo más importante es recordar que Dios mismo pastorea
a su pueblo y nunca lo abanadonará. La grandeza de Dios se manifiesta mejor en
lo humilde y lo sencillo.
Salmo 79
Este salmo es
una verdadera plegaria por lo gobernantes. Si Dios pastorea a su pueblo a
través de sus gobernantes, entonces, Señor, proteje a tu escogido. Aunque mucas
veces nos decepcionan los actos de quienes nos gobiernan, no por ello dejaremos
de invocar al “Pastor de Israel”, al “Rey de reyes”, para que conduzca sus
pasos por el camino de la pz.
2da lectura
He. 10, 5 - 10
No hay la menor duda: el mejor y más grande sacrificio que podemos y
debemos hacer a Dios es la entrega de nuestra propia voluntad a la suya.
Sacrificar es santificar. Y es Dios mismo quien nos santifica con el cuerpo de
Cristo para que nosotros a la vez santifiquemos este mundo con su justicia y su
amor.
Evangelio Lc.
1, 39 - 45
Dos mujeres, una jovencita y otra muy anciana. Ambas pobres. Pocas
imágenes tan representativas de los que no valen ante los ojos de la sociedad
del placer y el consumo. Pero la mirada de Dios es distinta, y de nuestra
pequeñez se vale para manifestar la grandeza de su voluntad y su amor ¿hubieras
tú invitado a estas personitas a tu cena de navidad?
Oración de los fieles
A cada intención contestaremos: “Con
santa María, danos Señor la dicha de creer”
v
Padre
nuestro, que has revestido de tu misma autoridad de salvación al Papa Benedicto
XVI, los obispos y sacerdotes, dales también la sencillez y la humildad del
Dios hecho niño. Solo así podrán cumplir su vocación de pastores y maestros del
amor. Oremos…
v
Padre, fuente de toda autoridad en esta tierra, jamás
nos cansaremos de suplicarte la conversión de nuestros funcionarios públicos,
aunque muchos veces nos decepcionan y entristecen son sus soberbios actos.
Salva, Padre, sus almas. Solo así sus actos de gobierno serán en verdad fuente
de justicia, unidad y paz para tu pueblo. Oremos…
v
Pastor de tu pueblo, danos la alegría de María e Isabel
para reconocer tu presencia en los pobres y afligidos. Que podamos presentarnos
ante ti en esta navidad con nuestras manos llenas de actos de solidaridad y
acogida con aquellos que entre nosotros más sufren en su cuerpo o en su
espíritu. Oremos…
v
Santísima Trinidad, imagen viva de la comunión en el
amor, danos llegar a los días de la navidad reconciliados y unidos entre
nosotros, especialmente en nuestras familias. Que encuentres en nuestros
hogares a una verdadera sagrada familia, que te acoge no como el muñequito de un
nacimiento sino como la fuente del amor y la unidad en el hogar. Oremos…
v
Dios de la vida
y la paz, protege a quienes en estos días santos van a trasladarse a otras
ciudades y pueblos. Que lleguen con bien a sus destinos y que a los lugares a
donde van procuren también santificar tu voluntad. Y que en el tiempo oportuno regresen
con bien a sus hogares. Oremos…
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