Arquidiócesis de Tegucigalpa/ Decanato Zona Periférica
Parroquia Cristo Rey y Santa Cruz
Sábado 26
de Mayo 2012
MISA DE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS
Monición
ambiental
Bienvenidos sean
todos a la Casa de Dios, la casa donde habita y desde donde brota para el mundo
el don del Espíritu Santo.
Como saben, hoy
celebramos la misa de vísperas de la Solemnidad de Pentecostés, la fiesta del
don del Espíritu Santo del Padre por el Hijo a su Iglesia.
¿Quién es el
Espíritu Santo?, ¿Qué hace en nosotros?, ¿Por qué es tan importante en nuestras
vidas y por qué lo celebramos con una solemnidad en particular? Todas estas
preguntas encuentran luz en la prolongada liturgia de esta noche.
Digamos de
entrada que el Espíritu Santo es el más grande regalo que el Padre nos ha
podido hacer a partir de la resurrección de su Hijo. Es Dios mismo habitando en
nosotros desde el día de nuestro bautismo
Preparémonos a
celebrar con gozo a Aquel que por ser Dios es capaz de llenarnos del mismo amor
de Dios y transformarnos en el fuego de sus dones y hacer santa nuestra vida en
la plenitud de sus frutos.
Recibamos al
Padre_____ y a quienes le acompañan en la procesión de entrada. Puestos de pie,
cantemos
Monición
general a todas las lecturas y a la primera lectura
Gen.
11, 1-9
El valor del conjunto de cada uno
de los textos de la Palabra de Dios que esta noche escucharemos está en la
revelación de un aspecto en particular que cada texto, incluidos los salmos,
nos hacen. Al finalizar el conjunto de todas estas lecturas tendremos como una
completa radiografía o, mejor dicho, un cuadro de cuerpo entero sobre el Dios
Espíritu Santo. Atentos, pues, al mensaje de cada texto.
Así por ejemplo,
la lectura del Génesis que a continuación se proclamará nos revela cómo la soberbia
y la autosuficiencia alejan el corazón de las personas del amor de Dios. Ya no
solo quieren ser como dioses, ahora pretenden además ocupar su lugar. Por
contraste, solo el don del Espíritu Santo dará a la humanidad la docilidad que
engrandece, la humildad, que sublima. Escuchemos.
2da. Lectura Ex. 19, 3-8. 16-20
Escuchar la voz del Señor,
guardar sus mandatos. En esto cifra el siguiente texto la clave para alcanzar a
ser pueblo de Dios, nación santa y consagrada ¿Y acaso no es el Espíritu Santo
el único capaz de enriquecernos con sus dones para que también nosotros podamos
exclamar: “Haremos cuanto nos ha dicho el
Señor!”
3era. Lectura Ez. 37, 1 – 14
Qué vació se encuentra el corazón
del hombre cuando no lo llena la gracia de Dios. Y qué vacía y seca es su vida
cuando no se conduce por sus palabras. Por eso mismo es que en el Credo
llamamos al Espíritu Santo “Señor y dador
de vida”. Escucharemos ahora un relato lleno de vida en el Espíritu de
Dios. Ojala así de llena esté nuestra vida en la Palabra y el Espíritu del
Señor.
4ta lectura. Joel. 3, 1 – 5
Lo que en el texto
del profeta Joel que ahora escucharemos era un hecho extraordinario, ahora,
desde el sacramento del bautismo es un hecho común: que todos los que hemos
recibido el Espíritu Santo somos llamados a ser profetas y misioneros del
Señor. Si Dios da su Espíritu no es para que nos quedemos callados, sino para
que procuremos la salvación de todos…aunque sean pocos los que vivan fielmente
en el Señor.
5ta. Lectura Rom.
8, 22 – 27
El
Espíritu Santo: fortaleza en la debilidad, maestro de oración, ánimo de
liberación. Por su
Gracia,
este mundo pecador alcanzará la libertad de los hijos de Dios. Pero hay que
saber
esperar,
es decir trabajar y aguardar la manifestación y el desarrollo de los planes de
Dios.
A esto nos invita ahora san Pablo.
Evangelio Jn.
7, 37 – 39
La obra de Jesús
es incomprensible sin el Espíritu Santo. Más aún, la obra de Jesús es
incompleta sin el Espíritu Santo. Bien lo entendió san Juan, que explica el
torrente de agua viva que brota en el corazón de los que creen en Jesús como
una desbordante manifestación del Espíritu Santo.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
Es mejor si el coro
propone algún estribillo cantado, sino a cada petición se responderá (cantando
o no):
“Envía, Señor, tu Espíritu que renueve nuestros corazones”
1.
Los
dones de tu Espíritu Santo enriquezcan por siempre, Padre, a los que has
consagrado a tu servicio: el Papa, los obispos y sacerdotes. Para que sus vidas
y su ministerio den frutos abundantes de santidad para tu pueblo. Oremos…
2.
Los
dones de la inteligencia y la justicia inunden los corazones de nuestros
servidores públicos, para que en todos sus actos busquen el bien común y con el
don de la fortaleza superen las tentaciones del poder. Oremos…
3.
Los
frutos de la caridad y la benignidad caractericen a nuestra parroquia de Cristo
Rey y la Santa Cruz para que los pobres y desamparados encuentren en nosotros
el apoyo y aliento necesario para frente a sus necesidades. Oremos…
4.
Los
dones del consejo y el santo temor de Dios, acompañen, Señor, todas nuestras
iniciativas pastorales para que en todo y sobre todo busquemos siempre tu
voluntad y jamás nuestro cómodo interés. Oremos…
5.
Los
frutos de la modestia, continencia y castidad adornen el corazón de toda la juventud
de nuestra parroquia en particular, y nuestra Arquidiócesis en general. Para
que con un corazón puro y dócil se acerquen a ti, Señor. Oremos…
Buenas,
ResponderEliminarestaba viendo las lecturas de la vigilia de Pentecostés y me percato de que no está la lectura más importante que habla soblre lo ocurrido ese día, me refiero a la de los Hechos de los Apostoles 2, 1-11.
¿Por qué no está esa lectura en la vigilia?