Arquidiócesis de Tegucigalpa/ Decanato
Zona Periférica
Parroquia Cristo Rey y Santa Cruz
Domingo de ramos en la pasión
del Señor.
“La semana santa comienza con el Domingo de
Ramos en la Pasión del Señor, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. La
relación entre estos dos aspectos del ministerio pascual se han de evidenciar
en la celebración y en la catequesis del día[1]”.
1era. Parte
PROCESION INICIAL
Atendiendo a la
estructura del ritual, esta primera parte inicia de la siguiente manera:
ª La asamblea se reúne en el lugar previamente indicado fuera del
templo.
ª Antes de iniciar la liturgia se invita a la asamblea al orden y la
atenta devoción. Atención: esta no es una monición introductoria.
ª El coro entona un canto
adecuado, a manera de ayudar a la concentración de la asamblea.
La ceremonia comienza
con la intervención del sacerdote,
quien es el que abre la liturgia con la signación inicial y la exhortación que
marca el Ritual, o con similares palabras.
Posteriormente, hace
la bendición de los ramos que los fieles portan, con una de las dos oraciones que indica el ritual, y la
signación bendicional de los ramos,
según lo marca el mismo ritual. Habiendo
terminado la bendición con el agua, interviene
el monitor:
Monición a la lectura del Evangelio previo a la procesión[2].
Mc. 11,
1 – 10 (Ciclo B)
El relato de la
entrada triunfal de Jesús a Jerusalén es un anuncio anticipado de su victoria sobre
la muerte y el pecado en el altar de la cruz. Este texto anticipa también nuestra
victoria. Escuchémoslo con la reverencia y la alegría de los que reciben a su
Señor y redentor.
Monición a
la procesión
Con este recorrido
que ahora iniciamos, los católicos
proclamamos públicamente nuestra fe en la victoria de Cristo sobre el pecado y
la muerte. Aquellos que nos vean pasar deben descubrir en nosotros una
manifestación del verdadero pueblo de Dios que alegre sigue a su Señor. Camina
detrás de él en el sendero que lleva al Calvario, y avanza junto a Él hacia la
resurrección pascual. De ahí la importancia de los ramos que llevamos en las
manos; no son simples amuletos de la buena suerte, son verdaderos símbolos de nuestra fe. Al agitarlos alegremente al caminar vamos
proclamando a todos que Jesús es nuestro Mesías, y que nosotros seguimos sus
palabras con la fuerza de los sacramentos para edificar en nuestras comunidades
el reino de Dios de la Civilización del Amor.
Participemos pues en orden, avanzando, sin adelantarnos, detrás del sacerdote y
cantemos con entusiasmo el gozo de la pascua.
“BENDITO EL QUE VIENE
EN NOMBRE DEL
SEÑOR…”
2da. parte
liturgia eucarística en el templo.
Concluida esta procesión, y llegados
a las puertas del templo, se procede de la siguiente manera:
-- el sacerdote se coloca a la entrada del templo y exhorta a la asamblea
a ingresar en forma devota y ordenada.
--Antes que la asamblea, ingresa el coro, se ubica en su lugar y entona el
canto que acompañará el ingreso de los que asistieron a la procesión.
--Finalmente, ingresa
el sacerdote, acompañado de sus ministros. Llegado ante el Altar lo
reverencia y lo besa, después de lo cual se cambia la capa pluvial por la casulla (la estola la lleva desde la
procesión), dirigiéndose después a la sede presidencial, continuando la
liturgia inmediatamente con la lectura
de la oración colecta. El coro
dejó de cantar desde el momento en que el sacerdote se ubicó en la sede
presidencial.
Moniciones
a la Palabra de Dios
1era. Lectura: Is. 50, 4 –
7
El siervo fiel es el que sabe
escuchar atento las Palabras de su Señor. Escuchar es practicar y vivir, a
pesar de las dificultades, los rechazos, el dolor. Es que solo quien vive la
Palabra puede valerse de ella para animar a otros: porque es testigo vivo de la
Vida que hay en la Palabra.
Salmo: 21
Confiar en el Señor no es
garantía de que todo en la vida irá bien. Y entonces son frecuentes las burlas
y los reclamos de quienes se mofan de nuestra fe en Dios. Jesús citó este salmo
en la cruz. Nosotros lo cantamos hoy para confirmar nuestra confianza en Él, en
medio de nuestras propias pruebas y cruces.
2da. lectura: Fil.
2, 6 -11
¿Con qué palabras
alabarías tú a Jesucristo?, ¿qué resaltarías en él? Tomando un antiguo himno
cristiano, San Pablo resalta la obediencia del Hijo de Dios, que es aplastado
hasta la cruz por el peso de nuestros pecados. Pero más aún, canta la victoria
de quien se mantuvo fiel a la voluntad del Padre para que tú y yo podamos hoy
proclamar: “¡Jesucristo es Señor, para
gloria de Dios Padre!”
Evangelio: Mc. 14, 1 – 15.47
Muchos acontecimientos y
personajes en el relato que ahora escucharemos: los dirigentes del pueblo,
decididos a odiar a Jesús hasta la muerte; una mujer unge sus pies y sin
saberlo anuncia su pasión; un apóstol traiciona, pero todos abandonan; Jesús,
sudando sangre, pide fuerzas al Padre; en una pantomima de juicio, y entre
crueles torturas, el Dios de la vida es condenado a muerte, y en un horroroso
calvario es despiadadamente clavado en la cruz. Y actuando sobre todo esto: la voluntad del
Dios Padre.
Démonos cuenta que escuchar
la pasión del Señor y meditar sobre nuestra propia vida deben ser una misma y
sola cosa.
Plegaria Universal
(Paráfrasis de las propias del Ritual)
AÑO 2012:
OFRENDA AMOR.
El sacerdote introduce con estas o semejantes palabras de
Oración de los fieles:
Como Jesús oro a su Padre en el momento de
su máximo sufrimiento, oremos nosotros hermanos, puesta nuestra confianza en la
misericordia de nuestro Dios.
La respuesta puede ser cantada
— Dios nos ha revelado todo su amor en el dolor redentor de la cruz de
Jesús. Pidamos al Padre por todos los hijos de la Iglesia, en especial el Papa,
los obispos y sacerdotes, que nadie busque en nada la gloria y el poder sino
que en todo amemos el servicio humilde, atento, comprometido con todos, en
especial los más pobres y necesitados. Oremos…
-- Por las
intenciones del Santo Papa Benedicto XVI para este mes de abril. Su intención
general:
para
que muchos jóvenes sepan acoger el llamado de Cristo a seguirlo en el
sacerdocio y en la vida
religiosa.
Su intención misionera: para que Cristo resucitado sea signo de segura
esperanza para los hombres y mujeres del continente africano. Por las intenciones
del Papa para el mes de abril. Oremos…
— En el grito
desgarrador de Cristo crucificado al Padre (“¿Por qué me has abandonado?”) se expresa el dolor y la angustia de
tantos que se sienten solos, desanimados, confundidos, desesperados. Pidamos
que a nadie falte el consuelo de Dios. Y que nosotros, puesta la mirada en la
cruz, nos comprometamos a compartirnos y compartir con aquellos que nos rodean
y nos necesitan, especialmente hoy que somos llamados a este gesto solidario de
la “Ofrenda de Amor” Oremos…
— El juicio de
Jesús fue el resultado de la manipulación de la justicia por los poderosos.
Pidamos muy intensamente por todos aquellos que de una u otra forma participan
del poder social, el gobierno y la justicia en nuestro país, para que superando
toda tentación y debilidad humana, fomenten siempre la verdad y la justicia, la
solidaridad y el bien común. Oremos…
— En la hora de su
agonía, sus discípulos y apóstoles se
vieron confundidos y desorientados. Pidamos por nuestra comunidad parroquial, que
no nos confunda ni desanime el camino de la cruz que en Cristo nos llama a dar
cada día la vida por la justicia, la paz, el desarrollo y sobre todo la
evangelización de nuestras comunidades. Oremos…
Concluye el sacerdote
con estas o similares palabras.
Padre, Tu que nos
has revelado la inmensidad de tu amor en la senda del calvario y el sacrificio
de la cruz, haz que contemplando la victoria del crucificado reafirmemos
nuestra voluntad por la búsqueda de tu justicia y el incremento de nuestra
santidad. Por Jesucristo, Nuestro Señor…..
La eucaristía sigue
como de costumbre con el santo ofertorio y demás ritos.
[2] De hecho, pienso que esta
monición es tan general que bien sirve a todos los evangelios de la procesión,
en cualquiera de sus ciclos.
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